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Declaración Pública Escuela de Trabajo Social: “La enseñanza de la historia”

Declaración Pública Escuela de Trabajo Social: “La enseñanza de la historia”

Como Trabajadores Sociales, Académicos y Docentes, hemos estado observando no sin preocupación, pero también maravillados de la fuerza que pudo obtener el gremio docente hoy cuando les han dado un golpe a sus principios sólidos y de referencia en relación a los temas que reivindican. Un breve referente histórico (a propósito del tema en cuestión) da cuenta que nuestra principal realidad es que los movimientos sociales no se estimulan desde el modelo liberal y más bien aportan un sujeto individualista y competitivo, no obstante, los docentes se han estimulado a funcionar colectivamente a propósito de ver invadida la esencia de su condición profesional.

En relación con lo que se ha discutido profusamente en estos días queremos manifestar como académicos de la escuela de trabajo social de la Universidad Católica del Maule los siguientes planteos:

  • Pensamos que la enseñanza de la historia, la geografía y las ciencias sociales fomenta en los estudiantes el desarrollo de habilidades cognitivas, sociales y afectivas para conocer, analizar y comprender la sociedad en la que viven, como también otras sociedades del mundo (del pasado y del presente).
  • La importancia de la educación en el desarrollo, es un planteamiento latamente compartido por todos los sectores y posiciones políticas del país. En ese contexto, la labor docente en la nación, es indiscutible, se encuentran en el centro de la reproducción de la cultura y pueden constituir la diferencia entre un país con recursos endógenos para el desarrollo y un país que no cuenta con aquello.
  • La constante presión que tienen los docentes por instalar programas y proyectos generados por posiciones partidistas de los gobiernos de turno, les impide libertad y creatividad. Por otra parte, el centralismo del sistema educacional a nivel país se recrudece, es fundamental iniciar procesos descentralizadores que mejoren la pertinencia del trabajo docente respetando las identidades y especificidades, debemos aprender a integrar la inclusión transversalmente.
  • La cuestionable posición que han tenido las autoridades en los distintos períodos presidenciales, sobre sus demandas y requerimientos en el plano de condiciones laborales, sólo indican que esa importancia no constituye prioridad en los programas de gobierno, se entiende la movilización. Por otra parte, las condiciones de jubilación de nuestros profesores, son aún peores que sus condiciones laborales, entonces la posibilidad de cambio requiere del apoyo de todos los estamentos sociales.
  • Desde el punto de vista de la academia, nos surge plantear iniciativas que nos permitan compartir con los colegas de educación, que permita conocer desde sus propias reflexiones esta situación y a la vez colaborar en la generación de propuestas que puedan aportarnos mutuamente.

Por último, y apelando al rol indiscutible de las universidades como espacio del pensamiento, sería interesante ser portadores de la iniciativa de generar un movimiento de investigación y vinculación fuerte, con la realidad de la educación de la región, buscando impactar en las políticas sociales, ya que, como trabajadores sociales que estamos insertos en este ámbito del quehacer profesional, pensamos que todo lo que impacte a los sujetos y colectivos sobre la toma de decisiones, de un estado sobre cambios y ajustes en algún funcionamiento de estas, impactará también en las labores que todos los profesionales realizamos. Teniendo presente además que las decisiones sobre cambios en los programas sociales, sin la participación de los sujetos, complejiza su adherencia a los programas y procedimientos.

Frente a este contexto, solo nos queda plantear que, la educación es un componente de desarrollo social para personas, familias y comunidades, toda intervención en esta área no solo compromete la actualidad, sino que promueve o retrasa, según sea el caso, a generaciones de ciudadanos de un país. Un ciudadano que no logre analizar en profundidad la experiencia de las sociedades humanas, se debilita para tomar decisiones informadas.

Dejar como optativa la enseñanza de la historia en un momento tan clave de la educación formal de las personas, es un retroceso en la conformación de ciudadanos empoderados, críticos y transformadores de la sociedad chilena y mundial en el siglo XXI.

ACADÉMICOS ESCUELA DE TRABAJO SOCIAL

UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL MAULE

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